Las fiestas y festivales españoles son una auténtica locura. Capturan en el torbellino de pasiones y emociones no solo a los residentes locales, sino también a los turistas, que a menudo vienen especialmente para el inicio de las celebraciones. La Tomatina, la “fiesta del tomate” en Valencia, España, tampoco es modesta. Tiene lugar anualmente a finales de agosto y dura estrictamente una semana.
La Tomatina española tiene lugar en la localidad de Buñole, en la provincia de Valencia. Durante la semana, los invitados y participantes de la fiesta disfrutarán de conciertos, un desfile festivo, bailes y fuegos artificiales. Pero lo principal que atrae a turistas de todo el mundo a La Tomatina es la batalla de los tomates.
Al comienzo del festival, a las diez de la mañana, camiones llenos de tomates llegan a la plaza principal de la ciudad. La gran multitud ya se frota las manos en anticipación de una pelea real. Pero la apertura del festival estará obligada a una sola persona: un temerario que puede trepar a un poste de madera de dos pisos de altura untado con jabón y manteca de cerdo y obtener un trofeo: una pierna de cerdo.
La batalla del tomate, el evento principal del festival, comienza con una señal: un disparo de cañones de agua. Una gran multitud agarró con celo el arma principal: los tomates importados. Antes de tirarle un tomate a alguien, debes aplastar la verdura en tus manos para no lastimar a nadie. La batalla termina una hora después con la misma señal de los cañones de agua. Durante este tiempo, los participantes del festival consiguen poner en marcha más de 100 toneladas de tomates. Lo principal que distingue a La Tomatina de otros eventos es que la diversión siempre transcurre sin lesiones ni consecuencias adversas.
Para participar en la "La Tomatina" española es necesario conocer las reglas establecidas por las autoridades de la ciudad y los organizadores del evento. Bajo ninguna circunstancia se debe rasgar la ropa de los participantes; es necesario deshacerse de todos los objetos punzantes y pesados que puedan herir a alguien; es necesario vigilar de cerca los movimientos de camiones con "armas". Además, pueden surgir problemas con los inodoros. Todas las tiendas y restaurantes cercanos están cerrados durante las vacaciones para que los huéspedes no causen grandes daños. No hay baños públicos gratuitos en España. Por lo tanto, los participantes no tienen más remedio que hacer sus necesidades en la calle.
