México es un país misterioso y original con un clima tropical, un enorme bagaje de tradiciones y costumbres culturales. Es famosa en todo el mundo por sus vacaciones inusuales, coloridas y ruidosas. El año nuevo no es una excepción. Su celebración está necesariamente acompañada de grandiosos carnavales e increíbles fuegos artificiales. También hay rituales especiales de Año Nuevo en el país.
La principal tradición de Año Nuevo en México es colgar de una cuerda una vasija de barro - piñata, en la que se colocan regalos en forma de dulces, juguetes y recuerdos de Año Nuevo. Los participantes tienen los ojos vendados y se turnan para intentar romper el recipiente con un palo.
A los lugareños les encanta organizar una especie de representaciones teatrales: Las Pasadas. Representan escenas cortas cerca de cada casa y son recompensados con varios manjares: pan de jengibre aromático, fruta, vino.
La mesa de Año Nuevo Mexicano se distingue por su abundancia y muchos platos nacionales. Los más populares son kejena - pollo frito o pavo con arroz y verduras, fufu - bolas de plátano con salsa, que se sirven con platos de carne. La mesa de Año Nuevo está necesariamente decorada con uvas y, por supuesto, la bebida alcohólica nacional mexicana: el tequila. Contrariamente a la creencia popular, los mexicanos no comen tequila con lima y sal, sino que lo bañan con jugo de tomate natural, abundantemente aromatizado con chile.
Otro ritual popular de Año Nuevo de los mexicanos: durante el repique del reloj, barrer con una escoba toda la ropa sucia de la casa, y con ella todos los desórdenes, peleas y resentimientos que se han acumulado durante el último año. Cualquiera que sueñe con viajar en el nuevo año debe abrigarse con una maleta llena.
Cualquiera puede participar en los numerosos carnavales de Año Nuevo que desfilan por las calles de la ciudad. Junto a bailarines con coloridos trajes, orquestas enteras en vivo caminan por la ciudad, interpretando música nacional. En Nochevieja se celebran ferias y concursos en todas las plazas para todos.
Por lo general, en la mañana del 1 de enero, todas las calles de las ciudades mexicanas están vacías, pero al anochecer, los vecinos salen a las avenidas y plazas y siguen celebrando ruidosamente la festividad que ya llegó - se divierten con los amigos, sonríen, recordar los nombres de los santos católicos y lanzar fuegos artificiales.