Khao Phansa es un festival budista tradicional que se celebra cada mes de julio. Está dedicado al inicio del ayuno religioso y la temporada de lluvias de tres meses. Como la mayoría de las fiestas budistas, tiene una historia antigua y es muy hermosa.
La historia de Khao Phansa se remonta a los tiempos en que los monjes budistas intentaron no abandonar los templos durante la temporada de lluvias, para no suprimir inadvertidamente los brotes jóvenes de plantas e insectos. Ha pasado más de un siglo desde entonces, pero muchos sacerdotes todavía consideran sagrada esta costumbre y pasan tres meses en los templos, meditando y comprendiendo el budismo.
En este momento, a todos los seguidores de este movimiento se les instruye para que lleven un estilo de vida correcto con especial cuidado, no cometan acciones inapropiadas y abandonen los malos hábitos. Durante la temporada de lluvias, los monjes tratan de contar las enseñanzas a la mayor cantidad de personas posible, especialmente a los jóvenes, instruyéndoles sobre el verdadero camino. Durante este tiempo, muchos padres envían a sus hijos a los templos para aprender los conceptos básicos de las enseñanzas. Se cree que fue en este momento cuando el Buda ordenó a sus seguidores que se reunieran en grupos y difundieran la sabiduría del budismo a todos los asistentes.
La festividad de Khao Phansa también tiene un lado secular: este es el momento del festival de las velas. Los habitantes de Tailandia moldean muchas velas de diferentes formas y tamaños, las encienden y las llevan por las calles de la ciudad para que todos vean tanta belleza. Y luego regalan velas rizadas a sus familiares, amigos o monjes. Según la leyenda, el que haga tal regalo seguramente tendrá suerte.
Y en la región de Saraburi, además del festival de las velas, también hay un festival de Ofrendas de Flores. Miles de peregrinos de todo el mundo se reúnen en el legendario templo budista Wat Phra Buddha para obsequiar al Maestro con muchas flores, entre las cuales hay necesariamente una flor ritual llamada "cisne dorado". En vísperas de la festividad, el templo está decorado con las más bellas composiciones de flores frescas, que antes de esto se llevan por toda la ciudad en una procesión solemne.