Desde los días del cristianismo primitivo, los serbios comenzaron a celebrar el Día del Santo Mártir Vito, Vidovdan. Según el calendario gregoriano, esto ocurre el 28 de junio. Fue en este día que sucedieron muchos acontecimientos trágicos y decisivos en la historia de Serbia.
El primero de ellos ocurrió el 28 de junio de 1389, cuando las tropas del príncipe Lazar lucharon con el ejército del sultán turco Murad. En el campo de Kosovo, los serbios fueron derrotados, como resultado de lo cual todos murieron, pero el ejército turco no pudo avanzar más en Europa durante mucho tiempo. Los serbios creen que esa batalla les costó la independencia hasta por quinientos años. Serbia primero recibió el estatus de vasallo de Turquía y luego, en 1459, pasó a formar parte del Imperio Otomano.
Después de que el nacionalista serbio Gavrilo Princip matara al heredero austríaco al trono, el archiduque Franz Ferdinand, y a su esposa Sophie, comenzó la Segunda Guerra Mundial. Ocurrió el 28 de junio de 1914. Y el archiduque llegó a Sarajevo para un ejercicio militar dedicado a la batalla de Kosovo.
En este día de 1921, el Reino de los serbios, eslovenos y croatas adoptó una constitución, cuyo nombre no oficial es la carta de Vidovdan. Esta constitución limitó enormemente el poder monárquico.
El 28 de junio de 1991, a partir de los enfrentamientos entre el Ejército Popular Yugoslavo y las unidades de autodefensa de Eslovenia, que declararon la independencia de Yugoslavia, comenzó una guerra civil que se cobró muchos miles de vidas y borró a este país del mapa del mundo..
Finalmente, fue el 28 de junio que el expresidente de Serbia Slobodan Milosevic fue enviado a merced del Tribunal de La Haya, donde durante el juicio murió en una celda de la prisión por un infarto de miocardio.
Hay un día así en la historia de Serbia. Sin embargo, hoy se celebra como un homenaje a la memoria nacional de los héroes de la batalla de Kosovo. Recuerdan cómo el héroe serbio Milos Obilic llegó a una muerte segura. Fingiendo ser un desertor, mató al sultán turco Murad con una daga.
Según la leyenda, los turcos cortaron la cabeza del príncipe Lazar, se la llevaron y hasta el día de hoy no se la dan a los serbios que guardan las reliquias del príncipe en el monasterio de Ravanitsa. Porque cuando la cabeza de Lázaro se una a sus reliquias, Serbia recuperará su fuerza anterior. Dicen que en la víspera de Vidovdan, los ríos cerca del campo de batalla se vuelven rojos en la oscuridad de la noche. En este día, los cucos no hacen cuco en memoria de los héroes caídos, y nadie se divierte en el país.