El 27 de septiembre, todos los miembros de las comunidades bahá'ís celebran Mayshiyat. Este día abre un mes con un nombre similar, que significa "voluntad" en árabe. Para todos los seguidores del bahaísmo, esta fiesta religiosa es extremadamente importante.
En la actualidad, la fe bahá'í, que se originó en Irán, tiene más de cinco millones de seguidores en todo el mundo. Sus partidarios se encuentran entre los representantes de varios países, pueblos, tribus. Las escrituras bahá'ís se han traducido a casi varios cientos de idiomas. Por tanto, se puede argumentar que Mayshiyat se celebra, se podría decir, en todas partes. Entonces, en septiembre de 20012, las vacaciones se llevarán a cabo en 188 países.
Dado que la doctrina en sí misma presupone la unidad de la humanidad, todas las religiones, Dios mismo, y además, es confesado por personas de diferentes nacionalidades, Maishiyat se lleva a cabo de manera un poco diferente en todas partes. Los miembros de las comunidades de muchos países traen sus tradiciones culturales en el transcurso de la festividad, esto solo se anima, se toca música nacional durante las celebraciones.
Sin embargo, también hay un orden establecido bastante rígido. Cada 27 de septiembre, los creyentes oran por la mañana junto con los compañeros de la comunidad. Leen las Escrituras en voz alta, vuelven su corazón al Creador, logrando una atmósfera de unidad espiritual. Después de esto, comienza la parte oficial, la denominada parte administrativa.
El líder de la Asamblea Espiritual informa a los presentes sobre las decisiones tomadas sobre la base de los llamamientos de los creyentes. Luego, el tesorero informa sobre los asuntos financieros de la comunidad. Todos sus miembros, incluidos los niños, niñas y adolescentes que se encuentran aquí, debaten sobre el estado de la situación y diversos temas urgentes, intercambian opiniones, ofrecen lo que les parece oportuno, discuten las últimas novedades. Por lo tanto, la festividad se convierte en una especie de vínculo que conecta a las comunidades locales con todo el sistema administrativo bahá'í en su conjunto.
En conclusión, ponen una mesa festiva, todos se sientan a comer, bailan, escuchan las actuaciones de actores y cantantes y se divierten. Pero al mismo tiempo, no se olvidan de contar historias instructivas que elevan el alma durante la acción. Así legó el maestro de la fe, Bahá'u'lláh.