Las preguntas sobre si es posible redistribuir regalos, si es un mal augurio, por qué no debería hacerse, son cada vez más relevantes. Muy a menudo, a todos nos dan los regalos “equivocados”, la pregunta es si vale la pena intentar devolverlos a la tienda sin abrirlos, o dárselos a alguien que estará encantado con ellos.
La razón principal para dar regalos es innecesaria. Por ejemplo, le diste una patineta a un ajedrecista, claro, el ajedrecista te puede agradecer, poner la patineta en el armario y olvidarse de ella, o tal vez dársela a su hermano, que ha querido probar a patinar desde hace mucho tiempo. largo tiempo. La segunda opción parece más razonable desde todos los lados.
Almacenar o regalar
De hecho, el lado ético del obsequio está en el corazón del presagio. Por lo general, las personas que eligen un regalo para ti gastan energía, dinero, tiempo y emociones en él. Es simplemente indecente redistribuir tales regalos. Esto es especialmente cierto para los regalos hechos con sus propias manos: pinturas, artículos de punto, marcos de fotos. Pero a veces dan las mismísimas "patinetas", es decir, regalos que se hacen según el principio "bueno, al menos debería dar algo". Además, tales obsequios pueden ser bastante costosos, pero completamente insignificantes para la persona a la que se presentan. En cuanto a cualquier conjunto de cosméticos, figuritas, álbumes de fotos y otras cosas, por supuesto, puede dárselo a otra persona, pero vale la pena pensar en quién necesita esas cosas.
Los científicos creen que incluso es útil volver a presentar los dones. Como mínimo, esto es menos ofensivo para los donantes originales.
Hay muchos argumentos para redirigir cosas buenas, pero innecesarias. Esto es especialmente cierto para las cosas que ya tienes. Muy a menudo dan electrodomésticos duplicados: licuadoras, ollas a presión o vapores. Estas son máquinas maravillosas y útiles que pueden ser útiles para cualquier persona. El problema es que es posible que ya tenga tales cosas, por lo que en lugar de poner un regalo en el armario, es mejor dárselo a un amigo o familiar que lo necesite. Simplemente no le diga al donante que tal regalo es superfluo, puede molestar incluso a la persona más bondadosa y alegre.
Antes de donar un regalo, mire la lista de deseos del posible destinatario. Hay toneladas de aplicaciones en las redes sociales que facilitan la búsqueda de los regalos adecuados para cada uno.
¿Por qué es esto un mal presagio?
En cuanto al presagio en sí, su aparición se debe al hecho de que los regalos personalizados en los viejos tiempos se consideraban un recipiente de buena suerte. En consecuencia, dar un regalo a otra persona significaba renunciar voluntariamente a la suerte. En el mundo moderno, donde los regalos se compran principalmente confeccionados y no hechos por donantes, este signo ha perdido su significado.